Omar Renderos: “Me cuestiona y me atrapa la belleza del teatro.”
Omar Oswaldo Renderos Vanegas; nací el 15 de septiembre de 1973 en Santa Ana, El Salvador. Soy Actor, Director y Productor de Teatro.
Tengo 27 años de experiencia teatral. He tenido la dicha de haberme formado con grandes maestros que me han acompañado en mi proceso de crecimiento y madurez dentro del teatro. La posibilidad de crear, investigar, producir en medio de la vida y la ficción desde la “autenticidad” es donde los actores y actrices debemos ubicarnos y esa es mi búsqueda, mi pulso, mi riesgo.
La dirección escénica llegó gracias a la Opera de El Salvador, fue un reto que tomé al aceptar montar tres grandes de la operística universal: “La Flauta Mágica”, “Cossi Fan Tutte” de Mozart, “Carmen” de Bizet.
Luego vinieron otras propuestas de dirección con mi productora ESCENA NORTE, que nace gracias al montaje centroamericano “TRES VIEJOS MARES”, dirigida por Arístides Vargas y Charo Francés del reconocido grupo ecuatoriano MALAYERBA.
Con respecto a la gestión cultural, mi escuela ha sido académicamente mi carrera de Relaciones Públicas y en la práctica, el Proyecto Lagartija, con el que he depositado todo mi conocimiento a partir de los Encuentros Regionales que hemos venido realizando desde el año 2004 hasta la fecha y como fundador de la Asociación de Artistas de Teatro de El Salvador ARTTES), del cual he sido directivo.
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De pequeño participaba en la semana santa de apóstol. Mi abuelita era de la GUARDIA DEL SANTÍSIMO y transformarme cada año en un apóstol diferente era una ¡sorpresa!; lo disfrutaba.
Culminé mi educación media (Bachillerato) y en 1993 ingresé a la Universidad a estudiar Relaciones Públicas y Comunicaciones; paralelo tomé un curso de iniciación actoral y desde ese año hasta la fecha, mi pasión y profesión es el TEATRO. Me mueve realmente la magia de la ficción, del juego; dar cuerpo y sentimiento a un ser imaginado y dialogar con él o ella para construir un discurso dramático, me permite ¡ser feliz! en medio de un mundo donde la sonrisa se te apaga con el primer rayo de sol.
Me cuestiona y me atrapa la belleza del teatro, que pone en la palestra los conflictos humanos y cómo nos de-construye para dar o no dar sentido a la existencia, a la identidad, a la memoria. El poder que tiene la palabra y la imagen convertida en acción, me hace digerir que si tomáramos en cuenta estos signos, la sensibilidad humana sería más reparadora.
El Proyecto Lagartija. Hablar del Proyecto Lagartija es hablar de un hilo escénico y humano, regional, que se gestó con 18 becados de Guatemala hasta Panamá, con el apoyo de la maestra Charo Francés y como una prolongación de la mística que se había producido en el Proyecto “El Carromato” al cual habíamos sido becados.
Lagartija ha venido pasando por varios momentos. Al igual que toda organización, procesa sus aprendizajes y los coloca en planes que sean realistas a nuestro contexto. Hemos creado muchos lazos hermanos y profesionales en toda la región, hemos dado continuidad a una red que se funda en la solidaridad y hemos dado nacimiento a producciones y montajes teatrales entre nuestros países: “TRES VIEJOS MARES” es un ejemplo de ello; PATRICIA ORANTES (Guatemala), EDAGAR VALERIANO (Honduras) y su servidor (El Salvador) somos miembros fundadores de Lagartija y juntos soñamos que algún día estaríamos en la escena centroamericana y que mejor, que en manos de nuestros maestros Charo Francés Y Aristides Vargas.
Un espacio de crecimiento que se sustenta desde la pasión.
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La pandemia ha sido una ruptura inesperada que vino a mancillar todos los proyectos que se venían fraguando y muchos de ellos en camino de producirse. El cierre de los teatros, de los Centros Escolares, cortó las temporadas que se tenían ya planificadas. Tuvimos que reinventarnos para sobrevivir y no perecer en lo doméstico. Ahora se han abierto otras posibilidades de reinserción porque los esfuerzos independientes de los artistas siempre han sido la válvula que mueve la creación y la producción; y hoy, vista con mayor energía, LA SOLIDARIDAD, vino a sostener en la medida de los posible las precariedades básicas. Se tuvo que valer de la virtualidad para continuar o reajustar algunos proyectos, lo cual creó cierta irritabilidad en muchos de nosotros que veíamos como la nueva modalidad virtual; (aún muy poco) vino a confrontarnos sobre el TIPO DE TEATRO al que te enfrentabas. A medida se han ido cumpliendo con las fases de la reapertura de la economía, se han abierto, con todas las medidas legales y de bioseguridad, algunos espacios nacionales, privados y alternativos. Pero el Teatro se sobrepone ante toda adversidad, es parte de ella y se reinventa sin perder su esencia que es el TEATRO DE LA PRESENCIA.